“Recibí tratamiento a mis adicciones y entendí que tengo otro propósito de vida”

Museo sol de los andes

Museo sol de los andes

“Compartía cosas buenas y malas con mi amigos, y jugábamos como cualquier niño. Pero  había un grupo de muchachos que consumía droga, quienes además creían que mandaban  en el barrio. Ellos no tenían sueños. No les importaba pelear y morir pues no tenían nada  que perder y creían que la solución a sus problemas era la droga. Yo finalmente fui una  persona como ellos, así que tampoco me importaba morir”, afirma Juan*, joven de 18 años,  quien, después de recibir un tratamiento de adicciones en la Clínica Sol de los Andes y  hacer un cambio interno, hoy quiere cumplir todos sus sueños alejado de las sustancias  psicoactivas.  

El consumo de drogas es una problemática que crece a nivel global. De acuerdo con el  Informe Mundial sobre las Drogas 2021, alrededor de 275 millones de personas en todo el  mundo utilizaron drogas durante el último año y más de 36 millones sufrieron trastornos por  consumo de drogas. En el caso de Colombia, y según la Encuesta Nacional de Consumo de  Sustancias Psicoactivas, realizada en el 2019 por el Dane, se estima que la edad de inicio  de consumo de drogas ilegales es de 18,8 años y solo el 2,6% de las personas reportaron  que en los últimos 12 meses sintieron la necesidad de recibir ayuda para dejar de consumir  alguna de estas sustancias. 

El doctor Luis Carlos Moncayo, médico psiquiatra de la Universidad Javeriana de Bogotá y  Director Científico de Sol de los Andes, con más de 20 años de experiencia y formación,  explica que “cuando se desarrolla una dependencia de la droga a nivel del cerebro se  requiere un tratamiento clínico asistencial y terapéutico para, primero, hacer una  desintoxicación controlada y, luego, una deshabituación de la sustancia. Esto debe ir  acompañado por un cambio de la conducta para lo cual se requiere entrenamiento  constante en una serie de disciplinas, junto con la sanación del trauma que genera el vacío  que algunas personas llenan con el uso de drogas”. 

Precisamente, y después de darse cuenta de que había venido al mundo para ser feliz,  cumplir sus sueños y ayudar a los demás, Juan quiso hacer un cambio en su vida de la  mano de los expertos de la Clínica y recibir un tratamiento a sus adicciones que duró tres  meses en modalidad de internación. 

“Antes de iniciar la rehabilitación estaba pasando momentos muy difíciles en mi vida; tenía  ansiedad, tristeza y depresión. Acababa con mis ilusiones y las de las personas que me  querían. Ahora, y después de haber iniciado el tratamiento, entendí que tengo otro propósito  en esta vida. Cambié mi mente totalmente pues me di cuenta de que la negatividad y mis  malos pensamientos solo me hacían daño a mí y supe que esto no podía seguir así”, indica  Juan*. 

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Asimismo, cuenta que dar este paso no fue sencillo, no obstante, y de la mano de los  líderes de las diferentes áreas que lo ayudaron en el proceso, pudo conocerse guiándose  por sus raíces indígenas y aprendió que “siempre va a haber situaciones malas, pero  nosotros decidimos cómo afrontarlas; o nos opacamos o las tomamos como un  entrenamiento y lección de vida. Hoy mi vida está encaminada a cosas muy buenas, tengo  ideas y me siento capaz de realizarlas”. 

Actualmente, Juan* es uno de los guías del museo de la Clínica Sol de los Andes y va a  comenzar a estudiar diseño gráfico en la Universidad de Nariño, algo por lo que luchó  durante tres años motivado por su gusto por el arte. Además, quiere ser cantante, pues la  música es una de sus pasiones y a través de esta quiere llevar un mensaje de superación a  las personas que tienen dificultades para que se animen a hacer un cambio positivo en sus  vidas. 

“Otro de mis sueños es tener una tienda de ropa urbana para jóvenes, para los muchachos  con los que crecí, pues tengo muchos amigos que no pueden comprarse una buena  chaqueta o zapatos; por eso me gustaría decirles ‘parcero, usted estuvo cuando yo estaba  mal: tome esta ropa’. Quiero verlos bien y felices”. 

*Los nombres en este y otros casos han sido cambiados para proteger la identidad de  nuestros pacientes.


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